Durante mis 20´s aproveché de gran manera mi vida y dediqué tiempo y recursos a dos grandes pasiones (el baile y los viajes). 

Sin embargo, las cosas cambiaron llegados mis 31 años, empezando por mi inconformidad laboral. Tenía un trabajo estable y bien pagado en el sector público, pero yo sentía que era capaz de hacer más cosas por mi cuenta y quería emprender. Además, veía a muchas personas viajando y trabajando al mismo tiempo, y eso me fascinaba, mientras yo no podía hacerlo y debía esperar a tener vacaciones. Siempre me decía a mi mismo «yo quiero dedicarme a viajar por el mundo». Pero el MIEDO y la FRUSTRACIÓN inundaban mi cabeza por mi edad  cada vez que pensaba en renunciar al trabajo, junto con la presión social de quienes me decían que «no dejara ese trabajo tan bueno… que después de los treinta no era edad para tomar esos riesgos… y que pensara bien a qué me iba a dedicar el resto de mi vida». Todo esto llevó a aumentar mi inseguridad y empeorar mi salud radicalmente; dejé mis pasiones, sufrí crisis de estrés, mal humor, aumento de peso, problemas en mis relaciones familiares y personales… iba en retroceso.  

Durante los tres años siguientes trabajé en mí desarrollo interior y en tomar control de mis decisiones, estudiando libros, asistiendo a seminarios y cursos, y apoyándome de personas que habían logrado superar barreras como la que yo tenía enfrente. Con otra mentalidad y con otra perspectiva, empecé a cambiar las cosas y a tomar acción. Trabajé en mi mayor miedo: FRACASAR. Así que dejé el trabajo donde llevaba 12 años, y con la conciencia de mis habilidades y virtudes, he logrado emprender un negocio que me permite ayudar a más personas a también cumplir con sus metas pendientes. Pero no solo eso, sino que hoy, con 36 años, desarrollo mi pasión a mi forma y actualmente estoy viajando con mi pareja en una VW Combi, que nosotros mismos camperizamos, y recorriendo México a nuestro ritmo.